Gastro

Los dulces y postres de Semana Santa

Dulces tradicionales de Semana Santa en España: una ruta golosa por sabores, regiones e historias que conquistan cada rincón del país.

4 minutos

15/4/25

Torrijas.

Los postres tradicionales de la Semana Santa son un elemento importante de la cocina española. En estas fechas, cada rincón de España saca a relucir su recetario más goloso, y lo que empieza como una devoción espiritual acaba, inevitablemente, en una devoción por el azúcar, la canela y el aceite hirviendo.

La variedad de estos dulces depende mucho de la región, pero hay algunos que se repiten con cariño en muchas mesas. Entre los más conocidos encontramos las torrijas, las monas de Pascua, el panquemado, los buñuelos, las rosquillas, los pestiños, los rubiols y la leche frita. Todos ellos tienen en común su sabor casero y su fuerte vínculo con la tradición.

Uno de los días más esperados es el Lunes de Pascua, cuando se disfruta de la mona, un dulce típico que marca el fin de la Cuaresma. Es especialmente popular en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Murcia, donde se comparte entre padrinos, ahijados y familias como símbolo de celebración.

Delicias dulces que no faltan en Semana Santa

Torrijas

El postre por excelencia en toda España. Rebanadas de pan del día anterior, empapadas en leche, rebozadas en huevo, fritas y cubiertas con azúcar y canela. Sencillas y deliciosas.

Buñuelos de viento

Crujientes por fuera y huecos por dentro. Estas bolitas fritas se rellenan a veces con crema o nata, pero tal cual también son una delicia. Se disfrutan en cualquier región y época, pero en Semana Santa ganan protagonismo.

Buñuelos de viento.

Buñuelos del Ampurdán

Típicos de Cataluña, llevan anís en la masa, lo que les da un aroma y sabor muy característico. Son pequeños, dulces y adictivos.

Mona de Pascua

Famosa en Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha. Se suele regalar a los ahijados y puede llevar huevos duros o de chocolate. Cada zona le da su toque personal.

Monas infantiles

Versión decorativa y divertida de la mona, pensada para preparar con niños. Coloridas, con plumas, huevos y figuras de chocolate.

Huesos de San Expedito

Dulce presente en distintas regiones, de masa simple y sabor suave. Ideal para acompañar el café o el desayuno durante Semana Santa.

Roscos fritos

Muy comunes en Andalucía, estos anillos de masa frita tienen múltiples variantes según la zona. Son crujientes y muchas veces llevan anís o ralladura de naranja.

Roscos fritos.

Panquemado o panquemao

Típico de la Comunidad Valenciana, especialmente en Pascua. Es un bollo esponjoso con múltiples nombres: panou, toña, fogaseta, entre otros. Dulce, aromático y con mucha historia.

Pestiños

Especialidad andaluza hecha con masa frita aromatizada con matalauva y cubierta con miel. Su elaboración suele ser comunitaria, en reuniones familiares o vecinales.

Borrachuelos

Propios de Málaga, estos dulces llevan vino dulce en la masa. Se pueden rellenar de cabello de ángel o bañarse en azúcar. El nombre ya lo dice todo.

Gañotes de Ubrique

De la Sierra de Cádiz, son rosquillas gruesas con forma de espiral. Tan populares que incluso tienen su propio concurso en Semana Santa.

Rosquillas de nata

Suaves, dulces y con muchísimas variantes: de anís, fritas, al horno… Cada casa tiene su receta y todas están buenísimas.

Huevos de Pascua de chocolate

Típicos como regalo de padrinos a ahijados. Cuanto más grandes, mejor. En el interior suelen llevar sorpresas y son un símbolo de celebración infantil.

Rosquillas fritas

Una receta de las de toda la vida, preparada en muchas regiones como parte del repertorio festivo. Fritas y dulces, acompañan de maravilla un café o un licor.

Hornazos de Jaén

Bollo de masa con aceite de oliva y anís, decorado con un huevo duro. Muy popular en Jaén y zonas cercanas durante toda la Semana Santa.

Hornazos de Jaén.

Ochíos dulces

También de Jaén, estos bollos dulces son perfectos para el desayuno o la merienda. Se sirven con leche o chocolate y son un básico para los más pequeños.

Huesillos extremeños

Originarios de Extremadura, recuerdan a las rosquillas pero más esponjosos. Son muy fáciles de hacer y tienen un sabor que engancha.

Borrachuelos de batata

Variante malagueña de los borrachuelos, pero con batata en la masa. Dulces, suaves y con ese punto “pecaminoso” que da el vino.

Aceitadas zamoranas

Típicas de Zamora, se elaboran con aceite de oliva en vez de manteca, lo que las hace perfectas para la Cuaresma. Su sabor y aroma son únicos.

Rosca gallega de Pascua

Similares al roscón de Reyes, estas roscas se elaboran en Galicia como tradición pascual. Esponjosas y con ese toque a vainilla y limón que enamora.

Hojuelas con miel

Muy populares en Castilla-La Mancha. Su origen sefardí y textura crujiente las convierten en una delicia ideal para bañar en miel.

Buñuelos de boniato

Especialidad menorquina con historia aristocrática. Hechos con boniato cocido, hoy son accesibles para todos y muy apreciados.

Buñuelos de boniato.

Crespells

Desde Mallorca, estas galletas con formas infantiles son una delicia. Aunque llevan manteca, se cree que tienen raíces sefardíes.

Bollos de Arcos de la Frontera

Típicos de Cádiz, hechos con almendras, harina y aceite. Su sabor es delicado y se encuentran en muchas panaderías del pueblo durante Semana Santa.

Rosquetes gaditanos

Roscos de Cádiz con ese sabor nostálgico de cocina casera. Fáciles de hacer y perfectos para mojar.

Alpisteras

De Sanlúcar de Barrameda, son dulces sencillos con textura esponjosa. Acompañan muy bien los desayunos de Semana Santa.

Toña de patata

De Alcoy (Alicante), su ingrediente estrella es la patata, que le da una textura muy tierna. Recuerda al panquemado, pero con su propia personalidad.

Coca de llardons

Muy común en Cataluña, sobre todo en los Pirineos. Esta “coca” se hace con chicharrones, lo que le da un sabor intenso y una textura crujiente.

Babka de chocolate

Pastel de masa brioche de origen judío, con remolinos de chocolate. Aunque no es originario de España, se ha ganado un lugar en muchas mesas de Pascua.

Babka de chocolate.

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La gastronomía española rinde homenaje a una de sus tapas más icónicas: la croqueta. En el Día Internacional de la Croqueta, que se celebra cada 16 de enero, esta delicia recibe toda la atención que merece. Aprovechando la ocasión, nos hemos dado a la difícil tarea de crear esta guía para descubrir dónde comer las mejores croquetas en España.

Hablar de croquetas es adentrarse en un mundo de creatividad infinita. Desde las clásicas de jamón hasta las más atrevidas de bacalao, rabo de toro o queso azul, cada una tiene su propio carácter. Y si nos fijamos en el rebozado, encontramos opciones para todos los gustos: desde el tradicional pan rallado hasta versiones innovadoras con panko o maíz tostado. 

Sin embargo, todas comparten algo en común: una bechamel perfectamente cocinada, sin grumos y con el punto exacto de melosidad, acompañada de una fritura que logre ese crujido característico que da sentido a su nombre, derivado del verbo francés croquer.

Croquetas Michelin

El bocado delicioso de un plato tradicional, elevado a la categoría de alta gastronomía, es lo que ofrecen los restaurantes más destacados de la guía Michelin. En sus propuestas, las croquetas dejan de ser una simple tapa para convertirse en una experiencia culinaria inolvidable.

¿Los más sonados? En Asturias, nombres como Casa Marcial (3 estrellas) y Casa Gerardo (1 estrella) se encuentran a la vanguardia. En El Corral del Indianu (1 estrella) y Regueiro (Tox), sus croquetas también se han ganado un lugar privilegiado en el panorama gastronómico nacional. La delicadeza de sus elaboraciones y la calidad de sus ingredientes hacen que cada bocado sea pura magia.

En otras partes de España, destacan las croquetas de jamón ibérico en Solana (1 estrella) y las de Trivio en Cuenca, donde la chacina estrella se convierte en arte. Para quienes buscan originalidad, las croquetas de tres carnes en Tatau Bistro (1 estrella) o las de pollo asado en Canalla Bistro (Valencia) son opciones imprescindibles. También merece una mención especial la versión de cocido de la abuela Manuela que se sirve en Tapas 3.0 (Salamanca), una auténtica oda a la tradición familiar, destaca la Guía Michelin.

Barcelona no se queda atrás. Lugares como Freixa Tradició y Vivanda (ambos reconocidos con un Bib Gourmand), junto con Mont Bar y Bardeni-Caldeni, presentan croquetas irresistibles, con propuestas donde la carne toma un protagonismo especial.

Por último, no podemos olvidar las emblemáticas croquetas de Echaurren (La Rioja), elaboradas siguiendo la receta de Marisa Sánchez, Premio Nacional de Gastronomía en 1987 y madre del chef dos estrellas Michelin, Francis Paniego. Estas croquetas han trascendido fronteras y son consideradas un icono en la alta cocina española.

Croqueta del Echaurren. Cortesía Guía Michelin.

Las de jamón

Si hay una croqueta que conquista paladares de norte a sur, es la de jamón. Su popularidad es indiscutible, tanto entre los comensales como en los concursos culinarios que buscan coronar a la mejor de España.

En Toledo, Iván Cerdeño ha marcado un antes y un después en la elaboración de croquetas. Su influencia es tal que varios de los ganadores recientes del Campeonato de Croquetas de Jamón son discípulos suyos. No lejos de ahí, las croquetas de jamón ibérico de José Manuel Gallego, también en Toledo, destacan por su calidad y ejecución, al punto de ser consideradas dignas de concurso. Cañitas Maite, otro representante toledano, se lleva el prestigioso título de Mejor Croqueta de Jamón Joselito en el concurso de Madrid Fusión 2021.

Más al sur, en Albacete, Ababol brilló con su croqueta elaborada con Jamón 5Jotas, conquistando el título de Mejor Croqueta de España en 2023.

En Asturias, las croquetas de jamón de Casa Belarmino han mantenido su fama a lo largo de los años. Finalistas en Madrid Fusión 2020, son un ejemplo de tradición y excelencia que sigue enamorando a quienes las prueban.

El restaurante Quinqué de Madrid se alzó como campeón de la Mejor Croqueta de Jamón de España en 2024. Entre los finalistas de ese año están el restaurante Pandora (Avilés), Flama (Valencia), La Barra de la Tasquería (Madrid), Santabar (Alicante), Jardín de los Duques (Madrid) y Jorge Lozano del restaurante Portal del Lino (Salamanca). Cada uno de ellos destaca por esta icónica tapa.

El norte destaca con las mejores croquetas

Cuando se trata de croquetas, el norte de España se posiciona como una auténtica cuna de excelencia. En Asturias y Burgos, los chefs han logrado crear versiones únicas que combinan tradición, innovación y una técnica impecable, elevando esta tapa a niveles inigualables.

En Oviedo, Pedro Martino, del restaurante Naguar, ha ganado reconocimiento por sus croquetas excepcionales. En Regueiro (Asturias), las croquetas han alcanzado el estatus de leyenda y han obtenido el premio a la Mejor Croqueta del Mundo en 2015, un reconocimiento que reafirma la maestría de su cocina. Otro imprescindible asturiano es Casa Gerardo, cuyas croquetas de compango de fabada se han convertido en una referencia indiscutible.

En Burgos, Cobo Estratos sorprende con su ‘Croqueta de leche fresca de vaca e ibérico’. Este restaurante combina la pureza de la leche local con la intensidad del jamón ibérico, logrando un equilibrio sublime que convierte cada bocado en una experiencia inolvidable.

Las croquetas de Madrid

Madrid, con su vibrante escena gastronómica, se posiciona como uno de los epicentros de las mejores croquetas de España. La capital ofrece desde las más tradicionales hasta las creaciones más innovadoras, conquistando a locales y turistas por igual.

El restaurante Tres por Cuatro ha destacado como finalista en el campeonato a la Mejor Croqueta de Jamón 2024, consolidándose como un referente en la escena croquetera madrileña. Otra de las grandes favoritas son las croquetas de Arzábal, cuya receta incorpora leche de oveja para intensificar su sabor.

En el barrio de Tetuán, Viavélez, una taberna de esencia asturiana dirigida por Paco Ron, deleita con dos variedades excepcionales: jamón y gambas. Por su parte, El Quinto Vino, una taberna castiza de renombre, sorprende con sus emblemáticas “croquetas de Esperanza”, elaboradas con jamón serrano y conocidas por su tamaño generoso y sabor tradicional.

Para los amantes de la creatividad, La Gastroteca de Chema es una parada obligatoria. Este restaurante, dirigido por Chema Soler, reinventa la croqueta con combinaciones únicas como tex mex de pollo, guacamole y jalapeños, pato con foie, o incluso croquetas líquidas de queso con confitura de tomate y olivas negras. Su carta es un paraíso para los croqueteros más atrevidos.

Entre los imprescindibles de Madrid también destacan las propuestas de La Tasquita de Enfrente, Cañadío, y BiBo Madrid, donde el chef Dani García mantiene la esencia de sus recetas originales, con opciones como jamón con polvo seco de tomate o chipirones en su tinta.

El restaurante Santerra también merece mención especial, cuyas croquetas de jamón ibérico se han alzado como las Mejores Croquetas del Mundo en Madrid Fusión 2018. Y si lo que buscas es historia y autenticidad, la taberna Casa Julio no decepciona. Su carta incluye opciones únicas como espinacas con pasas y gorgonzola, morcilla con membrillo, setas con puerros, queso azul, y muchas más.

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