Los restaurantes piden una tarjeta de crédito para asegurar una reserva o incluso llegan a cobrar una cantidad por adelantado.
Cada vez es más común que los restaurantes soliciten una tarjeta de crédito como garantía al realizar una reserva. Esta práctica responde a un problema recurrente en el sector: las cancelaciones de última hora o los no-shows, lo que deja mesas vacías y ocasiona pérdidas económicas a los establecimientos. Para combatir esta situación, muchos negocios han optado por implementar medidas que aseguren su ocupación y reduzcan el impacto de las cancelaciones imprevistas.
Gracias a la digitalización y la aparición de plataformas de gestión de reservas, el proceso se ha agilizado y ha permitido que esta tendencia gane popularidad. Sin embargo, muchas personas aún se preguntan: ¿es legal que un restaurante exija una tarjeta como garantía o incluso cobre un importe por adelantado?.
La respuesta es clara: sí, es completamente legal. De hecho, existen precedentes judiciales que han respaldado el derecho de los restaurantes a aplicar estas políticas, siempre y cuando se informe al cliente de manera transparente.
Sí, la Organización de Consumidores y Usuarios explica que es legal pedir por adelantado un importe en concepto de reserva, pero luego lo deben descontar del total de la factura, no puede ser nunca un suplemento.
Además, aclaran que si los clientes no se presentan en la fecha fijada, el restaurante está en su derecho de retener la cantidad abonada previamente. Esto puede suponer una pérdida económica considerable para los comensales, especialmente en establecimientos de alta gama. Aunque la legislación no se pronuncia expresamente sobre este punto, se entiende que el negocio debe poder justificar el daño económico sufrido por la ausencia del cliente.
Los restaurantes solo pueden conservar los datos de la tarjeta hasta que la reserva ha sido utilizada o hasta que se haya aplicado el cargo correspondiente en caso de inasistencia. “Una vez que el cliente ha terminado su comida o se ha procesado el cobro por una reserva no atendida, no hay motivo para seguir almacenando esta información”, explica el abogado Agustinoy a La Vanguardia.
A diferencia de plataformas de comercio electrónico como Amazon, donde el usuario mantiene una relación continua con el servicio, los restaurantes no tienen justificación para guardar información financiera más allá de la gestión puntual de la reserva. De hecho, solo pueden recopilar los datos necesarios para la organización del servicio, como el número de teléfono o el correo electrónico, y siempre minimizando la retención de datos sensibles.
Muchos restaurantes han implementado esta medida debido a la alta tasa de cancelaciones y la falta de compromiso de algunos clientes. En ocasiones, hasta un 40% de las reservas no se presentan, dejando mesas vacías y generando pérdidas considerables para el establecimiento. Aunque algunos negocios de alta demanda dependen exclusivamente de reservas, para muchos otros, estas ausencias inesperadas pueden ser devastadoras.
Los datos también muestran que desde que se exige una tarjeta de crédito para reservar, las cancelaciones han disminuido significativamente. Los propietarios insisten en que su objetivo no es obtener beneficios a través de estas ausencias, sino garantizar la asistencia de los clientes y evitar desperdiciar mesas vacías.
Además, argumentan que en otros sectores, como hoteles o conciertos, las reservas fantasma son menos comunes, ya que los clientes entienden que perderán su dinero si no asisten. Esta política busca que los restaurantes reciban el mismo nivel de respeto y compromiso por parte del público.
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