Óscar Pierre, fundador de Glovo, rompe su silencio en una entrevista exclusiva para el podcast de Nude Project. Aborda las acusaciones que podrían costarle hasta seis años de cárcel, la regularización de los repartidores y el impacto de estas medidas en el modelo de negocio.
Repartidor de Glovo. Flickr.
Óscar Pierre, cofundador y CEO de Glovo, es una figura emblemática en el sector de las startups españolas. Desde que fundó la plataforma en 2015, Glovo ha transformado la forma en que las personas acceden a servicios de entrega a domicilio, convirtiéndose en líder del sector en España y expandiéndose a más de 23 países.
Sin embargo, su éxito empresarial se ha puesto en el ojo del huracán por la acusación de un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, que podría llevarlo a enfrentarse a una pena de hasta seis años de cárcel. Este caso ha generado un intenso debate mediático y político sobre el modelo laboral de las plataformas de reparto y la llamada "Ley Rider", impulsada por el gobierno para regularizar a los repartidores.
Tras declarar ante el juez como investigado, Pierre ha concedido una entrevista exclusiva al popular podcast de Nude Project, rompiendo su silencio y abordando públicamente los temas más controvertidos de su caso. Durante la conversación, habla sobre el proceso judicial en curso y la transición al modelo de contratación laboral.
Oscar Pierre ha explicado que en los inicios de Glovo creyeron en la legalidad de su modelo de negocio, basado en la flexibilidad que ofrecían a los repartidores. Según el empresario, los riders no trabajaban con franjas horarias, aceptaban los pedidos que querían y podían colaborar con otras plataformas, lo que les permitía ser autónomos y decidir cuándo y cuánto trabajar. Sin embargo, un juez dictaminó que esta relación era laboral debido a distintos factores como la provisión de mochilas y bicicletas por parte de la empresa a los repartidores, lo que, según la sentencia, configuraba una dependencia propia de un contrato laboral.
Pierre reconoció que en los primeros años de Glovo el modelo no cumplía con las regulaciones actuales, pero afirmó que han realizado cambios para adaptarse.
En relación al proceso judicial abierto por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, confiesa que le “ha pillado por sorpresa”, señalando que en otros países donde operan no han enfrentado problemas similares. A pesar de los obstáculos, Pierre afirma que siete jueces le han dado la razón en diferentes procesos judiciales.
En el podcast, Pierre habla de la percepción pública y mediática del modelo de Glovo. Según él, el problema principal radica en la visibilidad de los riders, que son el rostro más visible de la plataforma. “El titular que venden es que los repartidores están explotados y que regularizarlos los salvará, pero muchos prefieren ser autónomos para mantener su flexibilidad”.
Pierre añade que han encuestado a los repartidores y, según sus datos, la mayoría optaría por seguir siendo autónomos, ya que les permite decidir sus horarios.
En el podcast de Nude Project, también han salido a la calle para entrevistar a los repartidores y preguntarles sobre su modelo laboral preferido y su experiencia trabajando para Glovo. Algunos riders comentaron que prefieren ser autónomos porque no tienen un horario fijo. Sin embargo, reconocen que este modelo no les garantiza un salario estable: “tienes que trabajar muchas horas para ganar mucho dinero”, explican. Por otro lado, se abordó la situación de muchos extranjeros en España que trabajan como repartidores sin permiso de trabajo. Estas personas, al no poder ser contratadas, utilizan el estatus de “autónomos por otra persona”. Un repartidor en esta condición afirmó que “la mayoría está en la misma situación”.
En una posición comprometida, Glovo ha anunciado que en 2025 contratarán a todos sus repartidores. Esta noticia se ha hecho eco de inmediato, pues supondría un cambio radical en la relación laboral de los riders con la empresa de delivery.
En cifras, este cambio supone una inversión de 100 millones de euros, que se han reservado en el presupuesto anual para cubrir los costes de esta transformación, explica Pierre. Además, que regularizará la situación de más de 10.000 repartidores en España. Una cifra seis veces inferior a las que el Gobierno, en concreto, Yolanda Díaz, estimó, y que para Pierre no son ciertas. Según él, estos datos no se corresponden con la realidad del sector, ya que muchos repartidores son autónomos por elección o debido a su situación legal, como la falta de permisos de trabajo.
Pese a que este gasto supondría la inversión económica más “bestial” que han hecho, Pierre ha asegurado que este cambio no afectará los precios para usuarios ni restaurantes, aunque admitió que será un reto considerable.
El empresario también respondió a las recientes demandas de uno de sus mayores competidores, Just Eat, que reclama 25 millones de euros a Glovo por presunta competencia desleal, así como los problemas legales con otras plataformas como Uber Eats. Pierre defendió que el modelo mixto que Glovo utiliza actualmente es similar al de sus competidores. Sin embargo, cuestionó por qué Glovo ha sido el principal objetivo de la Fiscalía, mientras otras empresas parecen haber evitado el escrutinio. “¿Por qué nos investigan a nosotros y a ellos no? No lo sé. Quizás la Fiscalía va uno por uno, o nosotros estamos más en el foco. Es triste, porque somos una empresa española, y aquí es donde más complicado lo tenemos”, comentó.
En cuanto a las sanciones, Pierre negó haber pagado multas millonarias, asegurando que no existen sentencias firmes contra Glovo. Sin embargo, admitió que hay cientos de millones de euros bloqueados, tanto de Glovo como de Delivery Hero, a la espera de que un juez dictamine.
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