Buenas noticias para los consumidores y hosteleros: el precio del aceite de oliva comienza a descender, sorprendiendo a todos en un contexto donde los alimentos suelen encarecerse. Pero ¿qué factores están detrás de esta caída?
Aceite de oliva.
El precio del aceite de oliva, un producto esencial en la gastronomía mediterránea, siempre es noticia. Lo que resulta llamativo en esta ocasión es el cambio de tendencia: después de meses marcando máximos históricos, el precio comienza a descender, sorprendiendo en un contexto donde los alimentos suelen encarecerse.
¿Qué está detrás de esta caída y qué se puede esperar en los próximos meses? A continuación, exploramos las claves de esta situación y su impacto en la restauración y la hostelería.
El aceite de oliva ha registrado precios exorbitantes en los últimos años, impulsados por dos cosechas consecutivas especialmente malas. En la campaña 2022-2023, la producción había caído un 55%, y la siguiente no se había logrado compensar esta caída. Esta situación se ha reflejado directamente en los precios, que han alcanzado los 7-8 euros por litro en supermercados y hasta más en productos de alta gama.
El aceite de oliva empieza a aflojar con una caída en lo que va de año que supera el 20% en la variedad virgen extra. En concreto, estaríamos hablando de la evolución del precio actual de 6-5 euros. ¿La razón de esto?
La principal razón de esta bajada es la previsión de una excelente cosecha para la campaña 2024-2025. Factores clave como las lluvias abundantes en el momento adecuado y la ausencia de heladas han contribuido a una estimación de producción de 1.700.000 toneladas, el doble de lo producido el año pasado. Según ha explicado el profesor de Economía en la Universidad de Barcelona, Gonzalo Bernardos, a los medios de comunicación.
Bernardos también ha afirmado que, a una mala cosecha suele seguirle una buena. Este ajuste cíclico permite aumentar la oferta en el mercado, lo que ejerce una presión a la baja sobre los precios.
Aunque los precios han bajado significativamente en origen (más del 20% en el caso del aceite de oliva virgen extra), esta rebaja se ha trasladado solo parcialmente a los consumidores. En supermercados, las marcas blancas han reducido sus precios un 10%, pero aún están lejos de los niveles previos a la subida.
En vistas al futuro, el economista ha querido recordar una predicción que hizo antes en la que vaticinaba que el precio del aceite de oliva virgen "llegaría a 5 euros el litro". Ahora, el director general de DEOLEO, la principal empresa mundial de producción de aceite, lo sitúa en 4 euros para enero de 2025. Una situación que al final beneficia a la economía de muchos hogares.
La caída en el precio del aceite de oliva es una noticia positiva para restaurantes, bares y cafeterías, que dependen de este ingrediente en grandes volúmenes. Con precios más accesibles, los negocios pueden optimizar sus márgenes de beneficio. Sin embargo, es importante ser cautos, pues los factores climáticos impredecibles podrían alterar las previsiones. Además, la inflación y los costes de producción siguen siendo variables a considerar en el precio final que paga el consumidor.
La hostelería registra una caída histórica en noviembre. Con 118.700 empleos menos y una pérdida total de 30.051 afiliados a la Seguridad Social, los datos superan las cifras de años anteriores. Analizamos los negocios más afectados.
¿Estamos ante una nueva era donde la moda y la gastronomía van de la mano? El retail se adentra en el mundo culinario con cafeterías, restaurantes y pastelerías en sus tiendas, marcando una fusión de gusto y estilo. Una experta nos explica por qué las marcas de moda se adentran en el mundo culinario.
Glovo da un giro histórico: La plataforma de entrega deja atrás años de controversia y batallas legales para apostar por contratos laborales en España. En un movimiento que podría redefinir el sector, Glovo regularizará a más de 60.000 repartidores.
En esta entrevista exclusiva con Marc Escursell, copropietario de Demasié , descubrimos cómo esta pastelería barcelonesa ha logrado transformar las famosas ‘Crumbl Cookies’ en un fenómeno en España.